Nos encontramos en el antiguo barrio de la judería Malagueña, en pleno centro de la capital y a pocos metros de la Plaza de la Merced, ubicados en un edificio del siglo XVIII de cuatro plantas.
Hemos recuperado parte de nuestro patrimonio cultural para ofrecerles todas las ventajas de una actividad ya casi olvidada, pero que cada día se valora más en nuestra sociedad: los baños árabes.
También conocidos como baños turcos o Hammam, son una fiel reproducción de los” Hammamat” existentes en la cultura islámica, tanto en su arquitectura como en la forma de tomarlos.
Antes de los árabes, los romanos, los bizantinos y la gente nómada tenían sus propios rituales de baño. Aquellas tradiciones crearon un nuevo concepto que los Europeos denominaron baño árabe, turco o “Hammam”.
El Hammam nos remite al sentido hedonista de la vida islámica.
Es falsa la creencia según la cual el baño fue en España una práctica exclusiva de la población islámica y no de la cristiana y judía. Por el contrario, entre los cristianos se bañaban los reyes, nobles, burgueses e incluso los frailes y monjas.
El Hammam o casa de baños seguía el modelo romano: una sala cálida, una sala templada y una fría, con hornos por debajo del suelo, para mantener la temperatura. Era un oasis en medio de un mundo occidentalizado y de tradiciones, con el agua como medio que renueva la vida.”
El Hammam además del uso del agua combina cuatro elementos básicos como son el calor húmedo, el calor seco, el frío y el masaje. No solamente sirve para limpiar el cuerpo y la piel, curar el estres o relajarse, sino que también es el sitio de encuentro social.
El Hammam consta de tres salas:
La sala caliente que está a 45º con una cúpula que en la bóveda atenúa la luz exterior y una gran piedra caliente octogonal debajo de esta permite sentarse o tumbarse. Hay además varias pilas y piletas por toda la sala emanando agua fría y caliente.
Esta sala es la más calurosa y logra que el cuerpo eleve su temperatura, se abran los poros y se comience a sudar.
La sala templada esta a unos 40 grados. En ella se limpia y exfolia el cuerpo con el jabón y el guante de crin y luego se refresca con el agua de la sala y las duchas. Es en esta sala donde se suele pasar más tiempo, pues su temperatura y ambiente es muy agradable.
La sala fría donde se puede optar por darse un buen masaje con jabón o simplemente descansar y esperar a que el cuerpo se refresque. También hay pilas de agua y fuentes y la temperatura es de unos 30º.
La capacidad de los baños es de 15 a 18 personas.
Además de los baños, contamos con una amplia sala de masajes, y una sala multifuncional que denominamos “Open space” (pregunta por nuestras actividades de yoga y pilates).
También El Hammam incluye vestuarios y duchas donde puede prepararse para una experiencia de auténtica relajación.
Y por último, disponemos de una gran terraza desde donde se ven las magnificas vistas de la catedral de Málaga y la judería, donde los clientes podrán relajarse tomando un té o una copa de cava.